No sé cómo vivir en un mundo en el que mi padre no está.
Hay personas especiales que no deberían morir nunca.
No sé si Dios está allá arriba, entre las nubes, en el sol y en la luna. Lo importante es que lo sienta dentro de mi, entre los árboles, en medio de la hierba y de las flores...
La certeza de su presencia me hace feliz.
En realidad, he tenido toda mi vida dos padres o un padre con dos personalidades diferentes.
Estaba el padre tranquilo, reservado, que no quiere que lo molesten cuando está viendo el futbol.
El inteligente y culto que no tenía crucigrama que se le resistiera, y que leyó muchísimos libros a lo largo de su vida. Con el que me pegaba horas viendo documentales de Félix Rodriguez de la Fuente.
Al que le encantaba hacer puzles grandes y enmarcarlos, o maquetas de coches, aviones...etc
Recuerdo muchas cosas bonitas y muchas que hoy en dia todavía me provocan mucha ansiedad.
Hubo noches en la "CASA ROJA" de los Naranjeros (cuando veraneábamos de pequeñas) que me iba con él a su cuarto a oir las historias de miedo de la radio de Jimenez del Oso, si no recuerdo mal, que me moría de miedo y luego no quería volver a mi cama...pero me encantaba pasar esos momentos con él.
Nunca olvidaré la canción que cantaba conmigo cuando era pequeña en la gramola. -"Di papá". Tengo el vinilo dedicado por él hace unos años, cuando la volvimos a cantar... Mi padre cantaba y tocaba muy bien la guitarra. Y mi madre el acordeón y el piano o el órgano. De ahí a que a todas nos guste mucho la música...