Por fin se acabó el 2016. Un año muy duro y muy triste para mi. Porque se murió mi padre, la mamá de mi novio y acabando el año, mi perrita "mopita, osita linda" : LOLA, que estuvo con nosotros 12 años y la estamos echándo mucho de menos. (Todavía oigo sus pasitos detrás mio todo el día).
Lo bueno es que todos esos golpes recibidos y mucho llorar y pensar, me han ayudado a salir de un bucle tóxico en el que estaba atrapada desde hace muchos años.
Todavía estoy en proceso, pero por lo menos he logrado cambiar esos hábitos y adicciones que me estaban amargando y perjudicando seriamente la vida. ¡Bien por ti Pi!
¡¡Quien dijo que no se puede..!?
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